Luego de la muerte
de Jorge Surraco, hablé con su primo y amigo: Gustavo Gandini. Pregunté si
sabía qué problema había tenido Jorge. Fue cuando Gustavo recordó la última
charla. Jorge lo había llamado para preguntarle si conocía la fecha en que
Jorge Luis Borges había dado una conferencia en Gualeguay. Jorge había sido
contactado por un investigador interesado en el tema. El investigador vivía en Mar
del Plata. Gustavo no recordaba el dato, pero Jorge se las arregló para
encontrar la información.
A fines de febrero
recibí unas líneas de parte de Danny Fitzgerald, donde me decía que tenía
pensado escribirme para consultarme sobre los testimonios de Aron Jajan sobre
Mastronardi y Borges, pero que se comunicaba para agradecer las notas
publicadas sobre Jorge Surraco luego de su muerte. Él conocía, como yo, a Jorge
a través del ciberespacio. Fitzgerald era el investigador de Mar del Plata.
Gracias a la memoria
y documentos conservados por Jajan, pude enviarle a Danny las imágenes de un
catálogo de un concierto organizado por la GAC (Gualeguay Agrupación Cultural)
donde se anunciaba la conferencia de Borges: 25 de julio de 1952.
Inicié un
intercambio informativo con Danny (doble “n”), quería saber quién era el
investigador y cuál era su intención de trabajo: “Soy irlandés, de Dublin, hace
como diez años que estoy en la Argentina, tengo 32, casi siempre en Mar del
Plata. No vine para estudiar ni con ningún otro propósito firme, aparte de
mejorar el castellano. Pero me gustó mucho el país y me fui quedando. Soy
barman y doy clases de inglés, o sea, como unos cuantos, me gano la vida como
puedo”.
El barman y
profesor continuaba el relato: “Estoy haciendo una maestría en Letras
Hispánicas de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del
Plata, y participo en un par de grupos de investigación: uno sobre traducción,
y otro que está más orientado hacia letras argentinas. Ésta la dirige Mariela Blanco,
que tiene un proyecto sobre Leopoldo Marechal y la tradición invisible de la
literatura argentina. En la literatura argentina pululan muchos fantasmas
geniales. El proyecto sobre Marechal no busca rescatar a cada uno de ellos,
sino romper con una manera de leer la literatura argentina: la dicotomía
Borges-Arlt. Es una tercera posición, donde el guiño al peronismo no es
inocente. El otro grupo, más chico, que más o menos voy llevando adelante yo, se
ocupa de las conferencias que dio Borges entre 1945 y 1955. Empiezan más bien
en 1949, pero hay una en Montevideo en el 45. El proyecto nació gracias al
libro ‘Borges, libros y lecturas’ de la Biblioteca Nacional, donde hay una
imagen de un garabato de Borges con una lista de las conferencias, escrita a
mano en el dorso de un libro de Schopenhauer. Borges no estaba ciego todavía,
por supuesto, y esa época de viajes por el norte y el interior del país lo llevó
a la escritura de muchas de las páginas que terminaron, entre otros textos, en ‘Otras
inquisiciones’. El proyecto se denomina ‘En busca del habla de Borges’ y cuenta
con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes”.
Sobre las
conferencias: “Fueron conferencias, por lo general, muy chicas, y antes de que
se volviera tan conocido, lo cual hace que sea una visión un poco distinta de
un escritor que por momentos está estudiado hasta el hartazgo. A pesar de eso,
igual, también hay conferencias perdidas, como una sobre Yeats, a quien cita
siempre pero, si recuerdo bien, a quien no hay ningún texto dedicado exclusivamente.
Sería genial encontrarlas. Además, está el tema político y cultural: no hablo
de Borges llevando la luz a las provincias, pero sí me interesa que si tanto él
como otros escritores y pintores podían ganarse un buen sueldo dando
conferencias con entrada libre, auspiciadas por instituciones privadas, quiere
decir que funcionaban casi como publicidades para esos lugares. Esto da una
idea de la cantidad de personas que creían poder convocar, personas que sólo
precisaban un empujoncito para inscribirse en los cursos. Al margen de las
ideas políticas de algunos de los conferencistas, sospecho que parte del
interés que hacía posible este trabajo se deba al peronismo. Por ahí estoy
equivocado, pero quisiera indagar más la reciprocidad entre la capital y las provincias”.
Distintas puertas
se abren a partir de las conferencias: “El tema de las organizaciones
culturales en cada ciudad y cada pueblo es enorme. Seguro que un montón merece
sus propios estudios. Sé que el uruguayo Pablo Rocca se ha quejado varias veces
de que no hay ningún libro sobre Arte y Cultura, la organización que, entre
otras cosas, invitó a Borges a dar su primera conferencia en Montevideo en
1945. Luego están las organizaciones judías: muchas veces Borges viaja para dar
una conferencia para, digamos, alguna filial del Colegio Libre de Estudios
Superiores, pero luego encontraba tiempo, antes o después, para dar otra
conferencia en un centro judío. El problema es que muchos ya no existen, o se
fusionaron y mudaron. Más la cuestión del peronismo y Borges, siendo
antiperonista antes de Perón; más cómo se financiaba todo... son temas que dan
para mucho”.
Un irlandés en
Gualeguay: “Jorge Surraco le pidió al director de la biblioteca, Aníbal Vescina,
que me hiciera una fotocopia de la reseña de la conferencia de Borges aparecida
en El Debate. La semana que viene voy a pasar a buscarla. Quiero ver un poco de
Gualeguay antes de seguir el rastro de Borges por Entre Ríos”.
Hacía días que
tenía que pasar por la biblioteca para devolver el libro de Celia Epele sobre
el Maestro. Las coordenadas del lunes 29 de febrero por la mañana me permitían
por fin hacerlo. Llegué al final de la escalera segundos después de que Danny
le dijera a Aníbal que se había conectado conmigo. Comenzamos la charla, Danny
ya tenía la fotocopia prometida, de esta manera se enteraba de que Borges había
hablado en Gualeguay de poesía gauchesca. Con Danny caminamos hasta el Club
Social, al parecer allí no hay registro de la conferencia. De todas maneras el
visitante pudo transitar el lugar de los hechos.
El plan de viaje por
Entre Ríos de Danny Fitzgerald contemplaba un paso por nuestra ciudad, y luego por
Gualeguaychú, Nogoyá y Paraná. Además una escapada a Rosario. Nogoyá quedó para
otra oportunidad. El viajero pasó por la Biblioteca Popular Sarmiento, el
Instituto Magnasco y el Club Social de Gualeguaychú, donde Borges había dado la
conferencia “El escritor y nuestro tiempo” el 27 de julio de 1952, la misma
charla que había brindado en Paraná unos días antes. Fue la bibliotecaria del Magnasco,
Liliana Leonhardt, quien luego de esforzada búsqueda halló un recorte del
diario “Hoy” que informaba de la conferencia. Danny partió hacia Paraná. A
través del ciberespacio se había contactado con el Archivo Histórico de Entre
Ríos consultando por la existencia de diarios de la época. Antes de arribar a
Paraná, ya contaba con el material, una destacada labor por parte de la gente
del Archivo. Fue a Paraná a agradecer la gestión. Estuvo con su director:
Damián Capdevila. También consultó a Ángel Puebla de la Biblioteca Provincial,
y visitó a Roberto Romani, asesor cultural del Gobierno de Entre Ríos. Sobre la
figura de Romani dijo: “Está claro que la literatura y la cultura de Entre Ríos
es una verdadera pasión en él”. Romani se mostró interesado por la
investigación de Danny, aportó su conocimiento sobre Borges, estuvo en dos
oportunidades con el escritor, y fue generoso con su tiempo.
Después fue el
turno de Rosario, pero ahí no tuvo tanta suerte, estableció contactos, como en
todos los lugares visitados, con la esperanza de que la búsqueda, en archivos
muchas veces descuidados, dé sus frutos a futuro.
Se puede suponer
que la charla con un viajero como Danny Fitzgerald puede terminar envuelta por
una pátina pegajosa de cultura desbocada. Un investigador de los saberes y
andanzas de Borges, no es poca cosa. Pero sucede que Danny tiene la virtud de
unir en sus maneras cantidades saludables de academia y de calle: las
conferencias de Borges y el destapador de botellas varias de su trabajo como
barman (porque bien sabe el investigador que además debe ganarse el sustento, dar
clases no alcanza) van a la par. Luego de visitar el Club Social lo invité a
almorzar en casa, caminamos hasta esta zona de chacras gualeya, compramos
milanesas en el almacén de Roxy y Luis. Hubo presentaciones y charla, en el
almacén y en casa. Fue parte de mi familia. Saboreamos unos tragos de ron
mirando el espinillo y el jacarandá del jardín. Hablamos de muchos temas, de su
vida y sus viajes, de la escritura y la lectura. Iniciamos el regreso hacia su
hotel, y fue Luis quien nos dijo: Los llevo. En el viaje acordamos una juntada:
cenar todos en casa, y así ocurrió. Hablamos de irlandeses y argentinos, y brindamos
por el encuentro mientras el señor Borges esperaba su turno en la biblioteca de
la memoria.
Danny me obsequió
su destapador de barman marplatense, Ireland se lee sobre su cuerpo: tiene aire
de océano, lleva apretón de manos entre la academia y la calle, la noche, los
encuentros, el vino y la vida.
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