La mirada propia
es fundamental para encarar cualquier trabajo o proyecto en el arte o en sus
alrededores. Tres dibujantes entrerrianos: Roberto “Cachete” González, Julio
Alfredo “Freddy” Martínez Howard y Nicolás Passarella, cada uno de ellos con su
mirada personal, única: el toque necesario de la maravilla para que en ellos
anide el engranaje del arte y sus sintonías: las distintas sensibilidades.
Porque no se es artista plástico, ni escritor, ni actor, conociendo únicamente
una técnica. El arte no es una guía, una receta. Al arte se llega cuando se
logra entrar a su poética, oportunidad que lleva al hacedor a vivir en otras
frecuencias o cielos, a manejar otros códigos, a transitar una ética pincelada desde
lo humano.
Marcelo Vázquez
construye su trabajo sobre estos plásticos desde una mirada amigable. Sabe de
qué se trata el arte, así lo entiende desde su propio trabajo de dibujante,
sabe de ética y respeto. Su trabajo es sincero, el análisis es “su” análisis, y
no peca de pretensión. En todo momento aclara que no pretende ser el dueño de
la verdad, lo suyo es material para sumar a otras búsquedas. Es simple,
practica su mirada y sus ideas. Su trabajo por sobre todas las aristas que
presenta, hace esquina en dos elementos fundacionales: memoria e identidad: los
componentes de los tres artistas elegidos.
El libro se
publicó gracias a un llamado que hizo la provincia conjuntamente con el Consejo
Federal de Inversiones (CFI), dentro del programa Identidad Entrerriana. Resultó
seleccionado para representar al Departamento de Concordia.
Marcelo José Vázquez |
Marcelo Vázquez
habla sobre el libro: “La idea del libro comienza porque me gusta mucho dibujar
y utilizar este medio de expresión para plasmar ideas, y por esta actividad
empecé a analizar lo que me llamaba la atención de las personas destacadas en
la materia, y así viendo, aparecieron los más cercanos a mi lugar de origen.
Desde el más inmediato, en Concordia, como el caso de Nicolás Passarella. Ampliando
la mirada entre varios, un poco más allá, pero dentro de la provincia, me
interesaron ‘Cachete’ González, ‘Freddy’ Martínez Howard, y esa línea del
dibujo, que se da en varios plásticos entrerrianos, aunque la mirada se
focalizó en los tres, porque sus quehaceres y obras se corresponden siempre en
algún punto. Ellos tienen una repercusión nacional y han estado vinculados a
personas muy trascendentes de la cultura argentina”.
Un
descubrimiento, y un pasado que se contrapone al presente: “Pero uno se da
cuenta, investigando sus trayectorias, que además del virtuosismo de la
disciplina propiamente dicha, hay un compromiso social fundamentalmente, que
los proyecta más allá del campo artístico, forjándolos como personas críticas
frente a lo que pasaba en la comunidad con que se manejaron o interactuaron;
esto coincide claramente en la década del ´70. Quizás hoy, por diversas
razones, no se dan estas experiencias, cuando solamente predomina una
preocupación por lograr una expresión singular e individual y por ingresar al
mercado a cualquier costo”.
Roberto "Cachete" González t Nicolás Passarella en Gualeguay. |
Vázquez anota
coincidencias en la obra de los tres artistas, y ubica detrás de ellas la
presencia de la patria primera: “Es increíble que nuestra provincia haya
aportado tantos y tan buenos creadores. Yo sostengo la idea, que otros ya han
expresado, que la particularidad y el encanto de la tierra entrerriana marcan y
predisponen la mirada de sus habitantes más sensibles, aquella de los
verdaderos artistas. Esto es innegable y perfectamente demostrable”. Detalla su
búsqueda: “Empecé por ver el lenguaje de cada uno de ellos, donde lógicamente
se van dando diversas coincidencias entre sí, esto fue lo más notorio y
evidente al principio. Pero después, ahondando, aparecen en sus carreras
distintas instancias que cobran otra importancia, tal vez mayor, éstas figuran
veladamente y son, entre otras, las experiencias similares o comunes en la
vida, como el hecho de nacer en un pueblo o pequeña ciudad, con cierto
aislamiento de ínsula, como era y de algún modo aún sigue siéndolo: nuestra
provincia, con el campo y los ríos tan cercanos: ese paisaje profundo, casi un
paraíso en aquel tiempo que fue el de su niñez. Y de pronto, una especie de ‘destierro’
hacia la gran ciudad, Buenos Aires, para poder desarrollar esa vocación tan
fuerte por el arte visual, con su poesía equivalente, que es en este caso la
del dibujo. Todo esto tiene una serie de connotaciones sensibles, psicológicas
y sociales, entre otras, las que provocan instancias diferenciadas en cada
persona, pero que en el fondo producen resultados similares en la expresión, el
modo y los temas de estos creadores, más aún, cuando hay un mismo tiempo
histórico que los contiene. Esto también se da muy claramente si analizamos
experiencias análogas desde la literatura y otros campos culturales de Entre Ríos”.
Julio Alfredo "Freddy" Martínez Howard |
Como todo
trabajo hecho a conciencia, “Tres dibujantes entrerrianos” llevó su tiempo: “El
trabajo lo fui desarrollando muy lentamente, podría decir en casi algo más de
dos largos años, porque fue difícil conseguir cierta información,
fundamentalmente de dos de los artistas que ya no estaban entre nosotros, como
González y Martínez Howard. Sobre todo de este último, donde mucha obra y datos
testimoniales fueron consumidos por un incendio accidental que destruyó su
taller. No obstante, logré reunir varios datos dispersos y un importante relevamiento
de obras que, junto a otros elementos de análisis, me permitió arribar a
diversas conclusiones que forman parte del libro. Es preciso indicar que los
tres artistas tienen una obra muy prolífica y numerosa, por citar solo uno, el
caso de ‘Cachete’, por ejemplo, se sabe que su producción alcanzó más de siete
mil obras”.
Julio Alfredo "Freddy" Martínez Howard |
Me interesa
siempre conocer detalles de la cocina de la escritura, pequeñas anécdotas o
vicisitudes, o suertes que el destino entrega al que trabaja sobre una idea, en
este caso, hecha libro. Marcelo me cuenta: “Una anécdota puede ser que Nicolás
Passarella, durante el proceso del trabajo, en más de una oportunidad, se negó
a ser relacionado con los otros artistas, pensando tal vez que el estudio sería
una comparación arriesgada, forzada o superficial, así, por momentos, miraba
con cierto escepticismo mi accionar. Sin embargo después, al ver el resultado y
luego de un tiempo, sobre el trabajo efectuado, dijo: ‘Se encuentran
coincidencias notables, allí donde los artistas hemos peleado o luchamos para
diferenciarnos’, con lo cual no deja de ser un elogio para dicha labor y una
reflexión destacada de alguien que, sin proponérselo, o mejor, resistiéndose,
resultó ser testigo involucrado de las partes ensayadas”.
Nicolás Passarella, 2012. |
Vázquez abre
cada capítulo de su libro con unas líneas pertenecientes a escritores y poetas
de Entre Ríos, todo un gesto, una declaración de principios. Destaco las que
pertenecen a Iris Longo: “(…) Entre Ríos no puede jactarse de poseer formas exteriores
contundentes, su relieve es impreciso, indefinido, apto para el ensimismamiento
y el éxtasis; sus llanuras llaman a las grandes preguntas, ésas que inquieren
sobre las causas primeras de la vida, así como sus ríos y arroyos invitan a
reflexionar sobre lo que fluye y se queda, lo que es y no es, lo que conduce
vaya a saber a qué arcanos”.
Alguien deberá
escribir el capítulo de Entre Ríos dentro del arte, la historia de su maravilla
y misterio.
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