De repente aparece el nombre de un desconocido, y a
poco de nombrado comienza a construirse el puente de la memoria. Los hilos
sutiles que hacen a esa memoria flotan a lo largo de los días, hasta que algo misterioso
descorcha el paisaje y entonces los hilos se tensan para que el puente traiga y
lleve historias.
Arturo Gerardo Guastavino |
Así me ocurrió con el nombre del artista plástico
Arturo Gerardo Guastavino. Fue mi padre, el plástico Rolando Lois, quien lo
trajo a escena: “Conocí a Guastavino cuando yo formaba parte de SAPI: Sociedad
de Artistas Plásticos Independientes de 3 de Febrero, que se fundó allá por el
73, 74, yo era tesorero. Cuando hacíamos una muestra colectiva íbamos a su casa
a buscar una obra, después se la llevábamos. Él no iba a las exposiciones. Yo
fui dos o tres veces a buscar el cuadro. Conversamos mucho de pintura,
pintores, y de SAPI. La última vez que fui, cuando tomé el boceto para el
cuadro que hice de su casa, él andaba medio mal. Era alto y flaco. Me dijo: ‘Querés
ver algo mío, revisá, porque ya no hago nada’. No sé si el ‘no hago nada’ era
por la síntesis que hacía, o porque ya no pintaba. Opino que se refería a la
síntesis: me quedó grabado en la memoria un desnudo, eran tres curvas y un
punto, que era el ojo, era extraordinario, veías una mujer desnuda. Guastavino era
un hombre que sabía mucho, muy inteligente. Era muy reservado, y hablaba lo
necesario. Era figurativo, pero practicaba la abstracción. No llegó a la fama
de un Soldi, un Castagnino, pero está considerado como un muy buen pintor. Ocurre
que era callado, no andaba haciendo mucha alharaca”.
En el partido bonaerense de 3 de Febrero, Martín
Coronado, donde viven mis padres, es una localidad vecina a la de Lomas del
Palomar, allí se encuentra Ciudad Jardín; en la calle Aviador Picasso 760,
vivió Guastavino. Mi padre pintó la casa en un cuadro.
La casa de Guastavino por Rolando Lois. |
En la web encontré una página sobre la vida y obra
del pintor. La responsable del sitio es Diana Guastavino, sobrina de Arturo. Me
dice Diana que la idea para este espacio es que la voz de quien cuenta fuera la
del propio pintor. A finales de los ’60 Guastavino se presentaba de esta
manera: “Nací el 14 de octubre de 1897 en Gualeguaychú. Fui autodidacta. Obtuve
el título de Profesor de dibujo por exámenes libres rendidos en 1939 en la
Escuela Nacional de Artes Decorativas Prilidiano Pueyrredón, Buenos Aires. He
concurrido al Salón Nacional de Bellas Artes como escultor, desde 1927 a 1931;
y como pintor desde éste último año, con algunas interrupciones hasta 1951.
Luego, a excepción hecha en 1958 (Salón Nacional) y 1957 (Salón de Santa Fe),
no he concurrido más a ningún Salón colectivo, ya sea nacional o provincial.
Agrego que anteriormente y por varios años he concurrido a salones del
interior: Santa Fe, La Plata, Rosario, Tandil, Pergamino, Córdoba, Mar del
Plata, Paraná, Bahía Blanca, etc. He figurado con obras en innumerables
muestras colectivas realizadas en Capital Federal, en el interior y en el
exterior del país, auspiciadas por entidades plásticas y organismos oficiales,
a saber: Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, Asociación Estímulo de
Bellas Artes, Club de Amigos del Libro, Comisiones Oficiales Organizadoras de
muestras en el exterior: para los EE.UU de Norteamérica, París, países
latinoamericanos como Brasil, Chile, Perú, etc. En 1939, en la exposición
internacional realizada en Nueva York y
en la realizada ese mismo año en el Fine Arts Museum of Richmond (Virginia) fue
seleccionado mi cuadro Paisajes de Buenos Aires por la Federación de Artistas
Americanos, para figurar en la Exposición de Artistas Argentinos en gira
durante dos años, a través de las capitales de los principales Estados
Norteamericanos”.
1916. Primera exposición en Gualeguaychú. |
Queda claro, Arturo Gerardo hizo camino desde que
dejó su Gualeguaychú natal: “He figurado así mismo en las muestras: 50 Años de
Arte Argentino y 150 Años de Arte Argentino, ambas realizadas en el Museo
Nacional de Bellas Artes en los años 1951 y 1961 respectivamente. Participé
también en la II Bienal Hispanoamericana de Arte realizada en La Habana (Cuba)
habiendo sido seleccionada mi obra Fiesta para formar parte de un conjunto de
90 obras que recorrieron las capitales de diversos países de América Latina”.
1938.Paisaje de plaza Lavalle. |
Guastavino realizó exposiciones individuales en:
Mercado de Arte (1965) auspiciado por la Dirección de Cultura de la
Municipalidad de la Capital Federal, llevadas a cabo en los tranvías instalados
en los jardines de la Recoleta; Galería Javier (1968); Galería Austral, La
Plata, (1968); Galería Solla, Mar del Plata, (1968).
1941. Bruma en plaza Lavalle. |
Recibió muchos premios en salones, entre ellos:
1931, Salón Nacional de Bellas Artes, premio Estímulo; 1934, Salón Nacional de
Bellas Artes, premio Estímulo; 1939, Salón Nacional de Bellas Artes, tercer
premio Comisión Nacional de Cultura; 1939, Salón Municipal Manuel Belgrano,
Pergamino, tercer premio adquisición; 1941, Salón Nacional de Bellas Artes,
tercer premio Nacional. Algunas instituciones que guardan su obra: Instituto
Osvaldo Magnasco, Gualeguaychú; Museo Municipal de Bellas Artes de la Pergamino
Manuel Belgrano, Buenos Aires; Museo Municipal de Bellas Artes Genaro Pérez,
Córdoba; Museo de Bellas Artes Eduardo Sívori, Capital Federal; Museo
Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, Santa Fe; Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata, Buenos Aires; Museo de Bellas Artes
Pedro de Mendoza de La Boca, Buenos Aires; Museo Nacional de Bellas Artes,
Capital Federal.
1950. Bruma urbana. |
Coincidiendo con la observación de mi padre,
Guastavino era hombre de pensamiento a la mano, son prueba de ello estas
observaciones: “Un cuadro es una realidad excepcional separada, por su propia
condición plástica, del ámbito real que la rodea. Procede de ese entorno
circundante y animador que ha sido su razón y su pretexto”. / “Es en la
certidumbre plástica de la emoción creadora del artista, su trasunto ideal,
la trasposición poética de esa realidad
en función reveladora de mensaje del hombre para el hombre”. / “Revelar lo que
está contenido y secreto en la naturaleza y en la hondura de nuestro ser es la
razón y destino del arte cualquiera sea su medio expresivo”. / “Pintar un
retrato es una cosa dramática, algo así como un duelo a muerte entre el pintor
y el modelo; dos conciencias que se enfrentan para decirse cosas”. / “Pintar un
paisaje es un acto total y recíproco entre el pintor y la naturaleza; sin
reservas y sin restricciones”. / “El paisaje tiene un alma inocente que se hace
más esquiva cuando más se la quiere penetrar”. / “Por la magia del color acaso
sea la pintura donde el artista se da más en su auténtica intimidad”. / “He
vivido en lucha entre dos pasiones, la pintura y el verso. Creo que pude haber
hecho cuentos fantásticos que aún
elaboro mentalmente noche a noche, pero la pintura me ha ganado...”.
1977. Flores. |
Diana Guastavino y José Cettour son los directores
de Miradas (2010), un documental sobre el pintor. Mi padre me facilitó la
copia. En el film hay lugar para la pintura, también para la poesía del pintor
((…) Pero ahora sí. Es el milagro. / Pienso en la nube / y el humo
reencontrados, míos. / Veo la onda de agua, clara, simple / y vuelvo a nombrar
a mamá con la voz / que había extraviado en el tiempo, / en que volvemos del
hallazgo del país / en donde nace el sueño.), y para la palabra de su discípulo
Egon Paul Hoffmann (1932-2012) (Siempre le gustó lo neblinoso, lo evanescente,
las brumas que pintó de Buenos Aires, plaza Lavalle, la avenida Callao, (…)
decía que los pintores vivíamos en un mundo fantasmal, su idea de la pintura
era hacer visible lo invisible, uno debe ser el primer sorprendido, porque uno
no es responsable de todo, yo comparto eso, es como si a uno lo guiaran, su
propio duende, él creía en eso, tanto que pintaba duendes y criaturas
fantásticas como son los ángeles… su taller estaba poblado de fantasmas, como
decía él… lo veía pintar, a veces de noche, y hablar solo… su vida era la
poesía, y la pintura se incorporaba a la poesía.), y la del crítico de arte
Jorge Taverna Irigoyen (1934) (Se introdujo en un tipo de pintura sensorial,
intimista, en la cual fue desdibujando los contornos, los planos se
convirtieron en atmósferas, y Arturo Gerardo Guastavino fue ubicándose en el
plano de los nuevos valores del arte argentino. (…) Vivió una época llamada la
bohemia creadora, había una cierta hermandad, comunicación en los artistas, de
diálogos sinceros, casi diría fraternos (…).). Uno de esos grupos de artistas fue
La Orden de la Llave Mohosa; su esencia: La llave mohosa abre las puertas del
bien, cierra el camino del mal, su base: la amistad, su fundamento: la unión. Tiempos
muy distintos a los aires egoístas del presente.
1942. Figura (María Prieto, su esposa). |
Guastavino falleció en 1978, y así pudo, al fin,
terminar de habitar el mundo de los fantasmas. Veinte años antes había muerto
María Prieto, su mujer. Asombra ver su rostro en cantidad de retratos de
mujeres, muchos de ellos son variaciones, distintas sintonías de la cara de
María. Podría llamarlo el pintor de la bruma, de la niebla, el pintor que
habitaba la línea en que lo figurativo se abre a la abstracción, en sus obras
se mantienen los valores de estas dos veredas en apariencia opuestas, sin
embargo, en Guastavino se juntan tanto como se separan, van y vienen, viven
para unirse en la creación del mundo fantasmal. En Guastavino todo tiende a
afantasmarse, como si esta condición fuera el logro mismo del arte y de la
vida.
En 1927 dejó el río, sus caricaturas, los primeros
pasos en el arte, y fundó río propio en Buenos Aires.
1963. Figura. |
Muy bueno! gracias!
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