domingo, 14 de septiembre de 2014

"Tres dibujantes entrerrianos" de Marcelo José Vázquez



La mirada propia es fundamental para encarar cualquier trabajo o proyecto en el arte o en sus alrededores. Tres dibujantes entrerrianos: Roberto “Cachete” González, Julio Alfredo “Freddy” Martínez Howard y Nicolás Passarella, cada uno de ellos con su mirada personal, única: el toque necesario de la maravilla para que en ellos anide el engranaje del arte y sus sintonías: las distintas sensibilidades. Porque no se es artista plástico, ni escritor, ni actor, conociendo únicamente una técnica. El arte no es una guía, una receta. Al arte se llega cuando se logra entrar a su poética, oportunidad que lleva al hacedor a vivir en otras frecuencias o cielos, a manejar otros códigos, a transitar una ética pincelada desde lo humano.
Marcelo Vázquez construye su trabajo sobre estos plásticos desde una mirada amigable. Sabe de qué se trata el arte, así lo entiende desde su propio trabajo de dibujante, sabe de ética y respeto. Su trabajo es sincero, el análisis es “su” análisis, y no peca de pretensión. En todo momento aclara que no pretende ser el dueño de la verdad, lo suyo es material para sumar a otras búsquedas. Es simple, practica su mirada y sus ideas. Su trabajo por sobre todas las aristas que presenta, hace esquina en dos elementos fundacionales: memoria e identidad: los componentes de los tres artistas elegidos.
El libro se publicó gracias a un llamado que hizo la provincia conjuntamente con el Consejo Federal de Inversiones (CFI), dentro del programa Identidad Entrerriana. Resultó seleccionado para representar al Departamento de Concordia.
Marcelo José Vázquez
Marcelo Vázquez habla sobre el libro: “La idea del libro comienza porque me gusta mucho dibujar y utilizar este medio de expresión para plasmar ideas, y por esta actividad empecé a analizar lo que me llamaba la atención de las personas destacadas en la materia, y así viendo, aparecieron los más cercanos a mi lugar de origen. Desde el más inmediato, en Concordia, como el caso de Nicolás Passarella. Ampliando la mirada entre varios, un poco más allá, pero dentro de la provincia, me interesaron ‘Cachete’ González, ‘Freddy’ Martínez Howard, y esa línea del dibujo, que se da en varios plásticos entrerrianos, aunque la mirada se focalizó en los tres, porque sus quehaceres y obras se corresponden siempre en algún punto. Ellos tienen una repercusión nacional y han estado vinculados a personas muy trascendentes de la cultura argentina”.
Un descubrimiento, y un pasado que se contrapone al presente: “Pero uno se da cuenta, investigando sus trayectorias, que además del virtuosismo de la disciplina propiamente dicha, hay un compromiso social fundamentalmente, que los proyecta más allá del campo artístico, forjándolos como personas críticas frente a lo que pasaba en la comunidad con que se manejaron o interactuaron; esto coincide claramente en la década del ´70. Quizás hoy, por diversas razones, no se dan estas experiencias, cuando solamente predomina una preocupación por lograr una expresión singular e individual y por ingresar al mercado a cualquier costo”.
Roberto "Cachete" González t Nicolás Passarella en Gualeguay.
Vázquez anota coincidencias en la obra de los tres artistas, y ubica detrás de ellas la presencia de la patria primera: “Es increíble que nuestra provincia haya aportado tantos y tan buenos creadores. Yo sostengo la idea, que otros ya han expresado, que la particularidad y el encanto de la tierra entrerriana marcan y predisponen la mirada de sus habitantes más sensibles, aquella de los verdaderos artistas. Esto es innegable y perfectamente demostrable”. Detalla su búsqueda: “Empecé por ver el lenguaje de cada uno de ellos, donde lógicamente se van dando diversas coincidencias entre sí, esto fue lo más notorio y evidente al principio. Pero después, ahondando, aparecen en sus carreras distintas instancias que cobran otra importancia, tal vez mayor, éstas figuran veladamente y son, entre otras, las experiencias similares o comunes en la vida, como el hecho de nacer en un pueblo o pequeña ciudad, con cierto aislamiento de ínsula, como era y de algún modo aún sigue siéndolo: nuestra provincia, con el campo y los ríos tan cercanos: ese paisaje profundo, casi un paraíso en aquel tiempo que fue el de su niñez. Y de pronto, una especie de ‘destierro’ hacia la gran ciudad, Buenos Aires, para poder desarrollar esa vocación tan fuerte por el arte visual, con su poesía equivalente, que es en este caso la del dibujo. Todo esto tiene una serie de connotaciones sensibles, psicológicas y sociales, entre otras, las que provocan instancias diferenciadas en cada persona, pero que en el fondo producen resultados similares en la expresión, el modo y los temas de estos creadores, más aún, cuando hay un mismo tiempo histórico que los contiene. Esto también se da muy claramente si analizamos experiencias análogas desde la literatura y otros campos culturales de Entre Ríos”.
Julio Alfredo "Freddy" Martínez Howard
Como todo trabajo hecho a conciencia, “Tres dibujantes entrerrianos” llevó su tiempo: “El trabajo lo fui desarrollando muy lentamente, podría decir en casi algo más de dos largos años, porque fue difícil conseguir cierta información, fundamentalmente de dos de los artistas que ya no estaban entre nosotros, como González y Martínez Howard. Sobre todo de este último, donde mucha obra y datos testimoniales fueron consumidos por un incendio accidental que destruyó su taller. No obstante, logré reunir varios datos dispersos y un importante relevamiento de obras que, junto a otros elementos de análisis, me permitió arribar a diversas conclusiones que forman parte del libro. Es preciso indicar que los tres artistas tienen una obra muy prolífica y numerosa, por citar solo uno, el caso de ‘Cachete’, por ejemplo, se sabe que su producción alcanzó más de siete mil obras”.
Julio Alfredo "Freddy" Martínez Howard
Me interesa siempre conocer detalles de la cocina de la escritura, pequeñas anécdotas o vicisitudes, o suertes que el destino entrega al que trabaja sobre una idea, en este caso, hecha libro. Marcelo me cuenta: “Una anécdota puede ser que Nicolás Passarella, durante el proceso del trabajo, en más de una oportunidad, se negó a ser relacionado con los otros artistas, pensando tal vez que el estudio sería una comparación arriesgada, forzada o superficial, así, por momentos, miraba con cierto escepticismo mi accionar. Sin embargo después, al ver el resultado y luego de un tiempo, sobre el trabajo efectuado, dijo: ‘Se encuentran coincidencias notables, allí donde los artistas hemos peleado o luchamos para diferenciarnos’, con lo cual no deja de ser un elogio para dicha labor y una reflexión destacada de alguien que, sin proponérselo, o mejor, resistiéndose, resultó ser testigo involucrado de las partes ensayadas”.
Nicolás Passarella, 2012.
 Vázquez abre cada capítulo de su libro con unas líneas pertenecientes a escritores y poetas de Entre Ríos, todo un gesto, una declaración de principios. Destaco las que pertenecen a Iris Longo: “(…) Entre Ríos no puede jactarse de poseer formas exteriores contundentes, su relieve es impreciso, indefinido, apto para el ensimismamiento y el éxtasis; sus llanuras llaman a las grandes preguntas, ésas que inquieren sobre las causas primeras de la vida, así como sus ríos y arroyos invitan a reflexionar sobre lo que fluye y se queda, lo que es y no es, lo que conduce vaya a saber a qué arcanos”.
Alguien deberá escribir el capítulo de Entre Ríos dentro del arte, la historia de su maravilla y misterio.

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